Motörhead publica ‘What’s Words Worth?’

El álbum “What’s Words Worth?” de Motörhead se lanzó el 5 de marzo de 1983. Este álbum en vivo captura la esencia cruda y la energía desenfrenada de Motörhead en el escenario, mostrando por qué la banda se ganó la reputación de ser una de las mejores actas en vivo del rock.

“What’s Words Worth?”, es un testimonio del poder y la ferocidad de Motörhead como banda en vivo. Grabado durante un concierto en el Roundhouse de Londres en 1978, el álbum captura la banda en su apogeo, entregando una actuación enérgica y sin compromisos que dejó a la audiencia atónita.

El álbum se abre con la explosiva “The Watcher”, una canción que establece el tono para el resto del set con su riff de guitarra aplastante y la voz distintiva de Lemmy Kilmister. A lo largo del álbum, Motörhead presenta una mezcla de pistas originales y covers, incluyendo éxitos como “Iron Horse/Born to Lose” y “City Kids”, que muestran la habilidad de la banda para combinar la velocidad del punk con la pesadez del metal.

Una de las características más destacadas de “What’s Words Worth?” es la intensidad de la actuación en vivo de Motörhead. La banda irradia una energía cruda y visceral que es palpable en cada nota, creando una experiencia inolvidable para aquellos que presenciaron el concierto en persona y para aquellos que escuchan el álbum décadas después.

La producción del álbum, a cargo de Dave Edmunds, captura la esencia auténtica de Motörhead en el escenario, preservando la naturaleza cruda y sin pulir de su sonido. Cada instrumento se destaca con claridad, desde el bajo retumbante de Lemmy hasta los frenéticos solos de guitarra de Eddie Clarke, creando una experiencia auditiva que transporta a los oyentes directamente al concierto.

“What’s Words Worth?” fue un éxito entre los fanáticos de Motörhead y ayudó a solidificar la reputación de la banda como una de las mejores en el mundo del rock en vivo. Su impacto perdurable en la música y su legado como un testimonio del poder del rock en vivo lo convierten en un clásico del género y en un recordatorio del poder duradero de Motörhead como banda.